28 de abril de 2014

LOS MILLONES de SANTIAGO LORENZO



A uno del Grapo cuyas ilusiones son tan austeras que más que soñarse, se padecen... le toca la Primitiva. Pero cuando aprieta en su puño el boleto premiado con 200 millones de pesetas, 2. 12. 13. 14. 45. 49, constata que para no haber creído jamás en la suerte, bastante mala la tiene. Ese 13 se lo recuerda, mientras que el 45 lo lleva a pensar en Hiroshima, y el 49, en el autobús con el que enfila cada día el taller fantasma en el que cose etiquetas para polos que, como su vida, son una imitación. Porque... No puede cobrar aunque tiene 90 días para hacerlo. En ese tiempo le tocará otra Primitiva: conocerá a una periodista que, ironía extra, responde por ese nombre. Ella, que buscaba al ganador desaparecido, encontrará a este perdedor con el que comparte un alto déficit de cariño y una pasión casi infantil, y por tanto genuinamente pura, por los trenes. ¿Pero entonces por qué no cobra y coge uno con ella? Porque no tiene DNI. Y sin embargo existe y, por todo eso, sufre.


Hace ya algún tiempo encontré este libro por casualidad, la sinopsis del mismo me pareció muy original y que podía dar mucho de sí, por lo que decidí ubicarlo en mi lista de libros para leer, en la cual debo decir que ha permanecido mucho tiempo esperando su turno. Se terminó la espera.

En esta ocasión mis expectativas sobre el libro se han cumplido respecto a lo que esperaba de esta obra, una lectura entretenida, ligera y al mismo tiempo muy incisiva y crítica con ciertas características del sistema, desde una situación de lo más rocambolesca. 

El ritmo del texto en general es bueno, sin embargo en ciertos compases de la historia se ralentiza dando sensación que la historia de encalla, por suerte estos momentos son puntuales y no entorpecen demasiado la visión general de la obra.

Creo que este es un buen libro para añadir una de mis reflexiones, en este caso sobre la importancia de la originalidad en la literatura, aspecto que con el paso de los años se ha podido comprobar que nunca ha andado escasa, de la cual se han alimentado otras artes como el cine o el teatro. La originalidad en la literatura la podemos encontrar de múltiples formas, todas ellas válidas. Podemos ver ideas sorprendentes no solamente en presentar una situación absolutamente disparatada como la obra que ahora nos ocupa o como otras que están surgiendo en la actualidad, la originalidad también puede radicar en aspectos más comunes y sutiles como nuevos puntos de vista, personajes hasta el momento no tratados o localizaciones impensables hasta ese momento…  hay infinidad de posibilidades para ofrecer originalidad al lector, cosa que personalmente agradezco. Debo añadir que en ocasiones la originalidad puede no ser bien acogida por ciertos lectores que se niegan a modificar sus estructuras mentales en lo que se refiere a la “perfección en la escritura”, y cualquier texto que se aleje mínimamente de esas rígidas reglas es descartada de pleno. Desde mi punto de vista en la literatura, como en el resto de aspectos culturales o vitales, es básico tener una mente abierta, no para aceptar todo lo que se proponga, sino para tomar decisiones meditadas y asentadas para así, aumentar nuestra eficiencia y eficacia en las mismas.

En definitiva Los millones de Santiago Lorenzo es un libro que deja leer, eso sí, tampoco se puede considerar una obra de lectura obligatoria. Este libro me temo que con el tiempo iré olvidando poco a poco su argumento, pero esto tampoco tiene porque significar que sea malo, sino que no trasciende, o no ha trascendido en mi persona como para dejar cierta huella.



23 de abril de 2014

ESPECIAL DÍA DEL LIBRO: LA BIBLIOTECARIA DE AUSCHWITZ de ANTONIO G. ITURBE



Sobre el fango negro de Auschwitz que todo lo engulle, Fredy Hirsch ha levantado en secreto una escuela. En un lugar donde los libros están prohibidos, la joven Dita esconde bajo su vestido los frágiles volúmenes de la biblioteca pública más pequeña, recóndita y clandestina que haya existido nunca. En medio del horror, Dita nos da una maravillosa lección de coraje: no se rinde y nunca pierde las ganas de vivir ni de leer porque, incluso en ese terrible campo de exterminio, «abrir un libro es como subirte a un tren que te lleva de vacaciones». Una emocionante novela basada en hechos reales que rescata del olvido una de las más conmovedoras historias de heroísmo cultural.

Nuevamente una lectura me traslada a los campos de concentración y exterminio de la Alemania Nazi durante la segunda guerra mundial, en esta ocasión de la mano de Antonio G. Iturbe, con el que tuve la dicha de compartir una agradable conversación hace algún tiempo sobre el mundo del libro y de la lectura en general, pasado, presente y futuro.

La protagonista en una joven, llamada Dita, la cual por azares del destino se encuentra inmersa de la persecución judía que ocurrió en Checoslovaquia durante la ocupación alemana, pasando de ser una familia muy acomodada y bien situada en la sociedad a tener que trasladarse al gueto de Terezín y posteriormente a conocer de primera mano los campos de concentración y exterminio.

La bibliotecaria de Auschwitz bajo mi punto de vista cumple un doble objetivo, el primero sirve a modo de clase magistral sobre el funcionamiento de la maquinaria de la muerte y la opresión creada por el régimen nazi, dibujando rostros claramente identificables en los personajes que aparecen en el relato, permitiéndonos poner cara y vida no “solo” a las once millones de personas que fueron asesinadas en ese momento, sino también a todos los que tuvieron que pasar por ese infierno y consiguieron escapar con vida de esa trampa mortal. Por otra parte creo que el texto también busca poner en alza el valor de la cultura y del conocimiento, magníficamente representados por los pocos libros que custodiaba con tremenda devoción la protagonista del libro. Aspecto que condena cualquier iniciativa política o social que dificulte, o directamente impida, el acceso de la población, o a parte de ella, al conocimiento, aquí representado a través de los libros; ya que esto significaría que los dirigentes de ese movimiento quieren una población desinformada e ignorante, con un único objetivo posible, dominarla para llevar a cabo sus oscuros propósitos completamente alejados del bien común de la sociedad. Estemos atentos a las políticas culturales de los gobiernos, esto nos dará una clara idea de lo que en realidad buscan, por encima de cualquier programa o panfleto electoral. Y por favor cuando hablo de políticas culturales no me refiero a espectáculos más cercanos al circo que a la cultura, me refiero a la información con mayúsculas, la formación, la lectura crítica, el conocimiento aplicado, el fomentar el espíritu crítico de la gente y la capacidad de razonar del individuo.

Vaya, parece que una simple bibliotecaria, puede dar mucho de sí aún en la condiciones más adversas, mostrando a las claras una escala de valores y de principios que si se aplicasen hoy en día, posiblemente la situación actual sería muy diferente.

El texto en sí está estructurado de forma magistral, siendo una lectura fácil pero tremendamente elegante y precisa en lo que se relata, imprimiendo velocidad a los momentos que los necesitaba y un ritmo más sosegado cuando el texto lo requería. También resulta una lectura muy adictiva ya que el ritmo de acontecimientos hace que el lector mantenga cierta tensión sobre lo que ocurre en el momento o lo que parece que va a ocurrir. Chapó por Antonio G. Iturbe.

La recomendación es evidente, sin embargo es obvio que es una lectura tremendamente emotiva y dura por lo que acontece, ya que se sabe que el relato está basado en una historia absolutamente real. Tan real que en el texto encontramos un pequeño homenaje a una jovencita a la que arrebataron la vida en ese infierno, pero que sigue conmoviendo al mundo con su diario.

Anexo: Me ha parecido muy propio publicar esta reseña en el Día del Libro, ya que es un ejemplo de homenaje al libro, reflejando la importancia de este en todo momento, sobre todo en épocas duras, actuando estos como auténticos salvavidas, manteniendo la esperanza de los que se adentran en sus páginas y asegurando de esta manera la transmisión de cualquier tipo de información.

Frase que daba la "bienvenida" al llegar a los campos de concentración y exterminio

21 de abril de 2014

LA CALLE GREAT JONES de DON DELILLO



Bucky Wunderlick es una estrella del rock en la cúspide de su carrera. En medio de una gira, y harto de un éxito en el que ya no cree, decide abandonar a su banda y refugiarse en un apartamento de la calle Great Jones, en Manhattan. Pero su exilio no resulta como esperaba, y su paz se ve continuamente truncada por todo tipo de visitas: periodistas en busca de una exclusiva, agentes musicales ávidos de material inédito, e incluso por los miembros de una misteriosa comuna agrícola que quieren implicarlo en el comercio de una nueva y potente droga.

Hablar de una novela de Don DeLillo significa hablar con palabras mayores sobre uno de los autores norteamericanos más asentados y reconocidos en el panorama literario internacional y un eterno candidato (junto con otros grandes autores) al Premio Nobel de Literatura. Sin embargo, a pesar de ser un autor internacional, la narrativa que he podido leer en esta obra no es comparable a nada que haya leído hasta ahora, mostrando un estilo muy personal en cada párrafo, lo que propicia un dualismo en cuanto a gustos se refiere, o te gusta o no te gusta, sin medias tintas o tonos de grises.

Yo me ubico en el lado de “me gusta” aunque en ocasiones debo reconocer que me cuesta seguir el ritmo a DeLillo y sus personajes, pero aún así merece la pena.

En esta ocasión DeLillo nos presenta un protagonista completamente atormentado por una crisis existencial y profesional que le obliga a retirarse de su “vida”, sin embargo a modo de opinión personal, refugiarse en una ciudad como Nueva York para alejarse de un tormento… no lo veo del todo claro, ya que la ciudad es una tormenta en sí, una maravillosa tormenta, pero tormenta al fin y al cabo.

Alrededor de nuestro protagonista, una gran estrella del mundo de la música, aparecen gran número de personajes más o menos secundarios que ofrecen posibles salidas a esa situación, movidos por motivos de lo más variados. La inventiva del autor parece no tener límites en lo que se refiere a lo extravagante y original de los personajes y las tramas, sirviendo al mismo tiempo de una crítica profunda de determinadas realidades sociales en la época en la que fue escrita la obra.

La narrativa es muy personal, y no es fácil de seguir ya que el ritmo varía continuamente, con apariciones continuas de nuevos personajes, que amplían el alcance del texto y la anchura del mismo, complicando poco a poco la trama enmarañando el presente y el futuro del protagonista.

La recomendación del libro es complicada, no creo que este en concreto sea el ideal para adentrarse en el mundo DeLillo, ya que la primera experiencia con este autor determinará si vuelves a leer algo suyo, o te unes al grupo de los detractores de DeLillo, en esta ocasión elegir adecuadamente es muy importante para tener una primera experiencia positiva.

Radio City Music Hall NYC

14 de abril de 2014

SÁBADO POR LA NOCHE Y DOMINGO POR LA MAÑANA de ALAN SILLITOE



Auténtico monumento de la literatura obrera inglesa y piedra de toque del movimiento de los Jóvenes Airados británicos, Sábado por la noche y domingo por la mañana fue la novela que lanzó a la fama a Alan Sillitoe. Arthur Seaton, su protagonista, es un muchacho de veintidós años, poco amante de los compromisos y que trabaja a destajo de lunes a viernes en una fábrica de bicicletas, en el sombrío Nottingham de los primeros años de la posguerra. Pero Arthur vive con los ojos puestos en el fin de semana. Cada sábado por la noche bebe hasta caerse redondo en el pub, se mete en todas las peleas que encuentra y trata de llevarse a la cama a las esposas de sus compañeros de trabajo. Sin embargo, pronto descubrirá que lo que cree que le hace libre constituye en realidad una cárcel, y que su existencia de rebelde tiene un lado oscuro cuyo rigor le es difícil imaginar. 


Este tipo de obras para mí son una adicción, reconozco que la literatura basada en la Inglaterra más tradicional y profunda me atrae, y si además lleva consigo algo de humor típico británico… no lo puedo evitar, se me van los ojos.

En esta ocasión Alan Sillitoe nos ofrece una obra que es un claro ejemplo de las costumbres más arraigadas en la sociedad inglesa posterior a la Segunda Guerra Mundial, ambientada en la ciudad de Nottingham, situada en el centro de Inglaterra. Una ciudad en aquel momento eminentemente industrial, en la que nuestro protagonista vive y trabaja en una fábrica de bicicletas.

Arthur Seaton, protagonista del texto, tiene unos objetivos en la vida un tanto peculiares, vivir a toda prisa, sin ningún tipo de conciencia ni remordimientos y por supuesto huyendo de todo tipo de responsabilidad tanto intrínsecas a él, como las sobrevenidas por sus acciones. Es una conducta injustificable, pero creo que es debida a su servicio en la guerra como militar reclutado a la fuerza para combatir en un conflicto que nunca llegó a entender.

Quién busqué en su próxima opción lectora mucha acción e intensidad, este no es libro. El fuerte de este libro radica en el contar el día a día de nuestro protagonista dentro de la cotidianidad aderezada por determinadas acciones que le dan cierto regusto que hace tener más interés en el avance de la lectura.

La prosa de Sillitoe es sencilla y directa, sin tapujos ni adornos que no sumen al texto, una narrativa efectiva que sitúa al lector en la historia sin marearlo, haciendo que enfoques la atención en el relato y en lo que acontece en el mismo. Al mismo tiempo el autor consigue crear una atmósfera muy nublosa y lúgubre que coincide a la perfección con el momento histórico que se vive y en el estado de ánimo de los personajes.

En general una novela un poco sosa (en lo que se refiere a acción), sin embargo si te gustan las novelas bien construidas y con un claro componente costumbrista y con dosis de crítica social y toques de humor británico, aderezadas con un protagonista bastante singular, esta obra puede ser una buena elección.


7 de abril de 2014

EL CANTO DEL CUCO de ROBERT GALBRAITH (JK ROWLING)



Una joven modelo con problemas emocionales cae desde su balcón de Mayfair en plena noche. Su cuerpo yace en la calle nevada. Todo el mundo asume que ha sido un suicidio, excepto su hermano, que contrata los servicios del investigador privado Cormoran Strike para que se encargue del caso. Veterano de guerra con secuelas físicas y psicológicas, la vida de Strike es un desastre. El encargo le da cierto respiro económico, pero cuanto más profundiza en el complejo mundo de la modelo, más oscuro parece todo y más se acerca Strike a un gran peligro. Un elegante misterio impregnado de la atmósfera de Londres, desde las calles más selectas de Mayfair hasta los pubs ocultos del East End o el bullicio del Soho.


Tenía ante mí otra cara de la gran narradora JK Rowling, por un lado otra cara porque en esta ocasión la novela está publicada mediante un pseudónimo, Robert Galbraith, y por otra parte porque Rowling nos sorprende con una nueva tendencia, la novela policíaca en esta ocasión de la mano de Cormoran Strike, un personaje que todo parece indicar que Rowling-Galbraith van a dar continuación en futuras novelas.

Existen muchas teorías sobre la razón por la que JK Rowling decidió publicar este libro utilizando un pseudónimo, personalmente creo que Rowling, como ha dicho ella en varias ocasiones tiene tanto dinero que lo que hace no es por aumentar su patrimonio, pienso que esto ha sido como un experimento en el cual la autora quería comprobar el alcance del éxito del libro sin tener detrás el apoyo de su nombre. Dicho experimento se estropeó por la filtración a la prensa de esa situación, lo que provocó un aumento exponencial de las ventas del título y la venta inmediata de derechos a muchos países. Antes de conocerse este hecho el libro había vendido unas 8.500 copias en varios formatos en unos tres meses en el mercado, una cantidad aceptable para un “autor novel”.  El experimento se estropeó, pero la cuenta corriente (que no será muy corriente) de Rowling, seguro que lo agradeció.

Si este libro hubiera caído en mis manos antes de conocer la auténtica autoría me habría sido muy difícil sospechar la pluma que se escondía detrás de ese nombre era la creadora de Harry Potter, sin embargo al leer el texto con conocimiento de causa sí que he podido distinguir esa forma de narrar de Rowling tan característica, un estilo narrativo muy especial que la autora es capaz de acoplar a cualquier estilo, adaptándose a la perfección.

Creo que la serie tiene posibilidades, a pesar que la figura que representa Cormoran Strike está, por así decirlo, muy vista… un ex militar venido a menos con algún tipo de secuela física y con una vida bastante desordenada, sin embargo considero que la novela es buena, ya que no cae en aspectos excesivamente negros y melancólicos que dadas las circunstancias podría haber utilizado para crear ambientes más lúgubres, cosa que numerosos autores especialistas en este género usan sin control en sus novelas, y cansa.

La narrativa del texto es lineal, por lo que es fácil de seguir, sin embargo no propicia adivinar con facilidad el desenlace del caso, siendo este, desde mi punto de vista, bastante retorcido pero bien justificado a través de una retrospectiva final. La evolución del caso a investigar considero que lleva un progreso adecuado presentado a los nuevos personajes convirtiendo poco a poco a la novela en una obra coral con la participación de un grupo de personas bastante diverso.

Rowling no ha dejado escapar esta oportunidad para mostrarnos algo más que un caso policíaco, nos muestra una manera de pensar y de sentir de unos personajes con escalas de valores muy diferentes y con una problemática interna que bien merece una lectura más analítica que otras novelas policíacas que centran su interés en la resolución del caso sin prestar atención a la “psiqué” de los protagonistas. Rowling nos muestra, una vez más, su lado más analítico respecto a la confrontación de caracteres enfrentados por su forma de pensar y actuar. 

Por supuesto que no tendría ningún problema en recomendar el libro, me parece entretenido e instructivo desde el punto de vista narrativo. Sin embargo este tipo de obras, a consecuencia de la repercusión de su autora, son rechazadas por cierto tipo de lectores que se niegan a dar una oportunidad y leer con la mirada limpia de “prejuicios” sus obras. Una pena, ya que con esa actitud se perderán obras excelentes debido a esa cerrazón.


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