
Durante este año he leído varios libros de relatos cortos (es
posible que me esté aficionando) y soy consciente de la dificultad que conlleva
este género, en referencia al corto espacio, ya que apenas tienes tiempo de
presentar tu escena, tus personajes, la acción… lo que dificulta en gran manera
que el lector se adentre de manera adecuada en el mismo, para captar de forma
rápida el argumento y comprender el contexto. Es una dificultad que obliga a
los autores de este género a tener un estilo muy directo y más o menos claros
en sus argumentos.
En este libro que nos ocupa, en mi opinión, Carmen Martín
Gaite no lo consigue, ya que continuamente mientras leía sus relatos me sacaba
del texto, despistándome y evitando que me adentrase en el argumento.
De la selección de textos incluidos en esta obra destacaría
tres de ellos, el primero El balneario, en el que se ha podido ver un poco más
desarrollado el estilo de la autora y dos textos cortos. El primero de ellos
trata de una chica que busca trabajo como criada, para el que por supuesto le
piden referencias de su anterior ocupación. Y el segundo a destacar, de los
textos cortos, es el que se desarrolla en una peluquería y que tiene como protagonista a una típica
señora de su tiempo que tiene que lidiar con hijos, marido y personal de la
casa.
El libro no me ha gustado y no lo volvería a leer, sin
embargo esto no quita para que en un futuro lea alguna cosa más de Martín
Gaite, ya que hace algún tiempo leí “Caperucita en Manhattan” y disfruté mucho
con ella, libro que es imposible de comparar con la obra que nos ocupa, ya que
si desconociésemos el autor de dichas obras difícilmente asignaría ambas a una
misma persona. Son las dos caras de una misma pluma. Un claro ejemplo de la
evolución de los autores, que pese a tener un estilo muy marcado, los tiempos,
modas y experiencias hacen que los autores nos sorprendan continuamente.
1 comentario:
De verdad esque es una caca de vaca el libro yo me lo tengo que leer y empezado a leermelo y es una caca
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