Las enigmáticas
desapariciones de niñas del colegio de las madres Lazaristas de San Gervasio
son el punto de inicio de la aventura indagatoria que tiene como protagonista a
un cliente del manicomio, quien, obligado a convertirse en investigador, se
verá envuelto en toda clase de percances de los que logrará salir llevando a
cabo su cometido y descubriendo una intrincada farsa de gente pudiente.
Eduardo
Mendoza, siempre lo he definido como un escritor polifacético, dentro del campo
de la narrativa tenemos por un lado la cara formal con novelas como la ciudad
de los prodigios o Riña de gatos (Con la que ganó el premio Planeta y los
consiguientes 600.000 Euros), luego descubrimos la cara más irreverente cercana
a lo absurdo con obras como Sin noticias de Gurb o El asombroso viaje de
Pomponio Flato, y por último descubrimos la serie del detective anónimo que
podríamos considerar una parada intermedia entre las dos facetas anteriores. En
esta ocasión nos encontramos con El misterio de cripta embrujada 1ª novela de
la serie (a día de hoy son 4).
El
misterio de la cripta embrujada puede ser considerada como una novela con
ciertos tintes de sátira y picaresca, en la cual destaca la crítica social que
realiza, haciendo un repaso exhaustivo de todas las clases sociales, en este
caso de la sociedad barcelonesa, rozando en ocasiones lo absurdo en los
acontecimientos que narra.
Este
tipo de novela ofrece a Mendoza un sin fin de posibilidades, ya que no tiene
porque adaptarse a las reglas de la novela detectivesca, sino que gracias
a lo estrafalario del argumento se permite ciertas licencias que de otro modo
serían inadmisibles. Al mismo tiempo ofrece muchísimos momentos que hacen al
lector mostrar una sonrisa, momentos que serán con los que el lector recuerde
esta obra una vez pasado el tiempo.
El
ritmo de la novela es ligero y constante, lo que hace que sea de lectura rápida
y fácil, sin giros bruscos permitiendo al lector leer sin necesidad de poner
todos los sentidos en la lectura, pero atención aunque no sean bruscos hay
giros que por lo increíble del giro en sí, puede que desorienten al lector
despistado.
Los
personajes son otro punto a favor del libro, ya que ofrecen un abanico de
posibilidades tremendo, siendo muchos de ellos una hipérbole de ellos mismos,
sobre todo los personajes que nuestro protagonista representa con el objetivo
de escabullirse de situaciones no muy agradables. Si tengo que escoger un
pasaje, sin dudarlo me quedo con el intento de detención por parte de la
policía, solo recordarlo me dibuja una media sonrisa en la cara.
Otro
gran misterio que el tiempo y la ciencia tendrán que descifrar es la capacidad
creativa del autor, el cual expone sin tapujos que esta obra que aquí estoy
reseñando la escribió en tan solo una semana, seguramente menos tiempo que el
que muchas personas ha dedicado a leer el libro, un prodigio de la narrativa,
eso sí hace no demasiado escuché una entrevista que le hacían, en la cual
afirmaba que cada vez le costaba más ponerse a escribir.
Esta
obra puede cumplir perfectamente la función de comodín, o lo que viene siendo
aquellos libros que tienes pendientes de leer, son “cortos” y no te suponen un
gran esfuerzo o implicación el leerlos.
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