4 de enero de 2021

LA FORASTERA de OLGA MERINO

La forastera ha sido un descubrimiento, de esas novelas que llegan a uno movidas por el destino o por ciertas casualidades, en este caso creo que mas por casualidad que por otra razón, pues en un corto tiempo leí sobre la novela, me hablaron de ella y en cuestión de días se me ofreció la posibilidad de leerla… y por fortuna disfrutarla.



Es la primera novela que leo de Olga Merino, y desconozco si el resto de obras guardan características en común con esta, pero la veo cómoda es este territorio literario, el cual es un territorio difícil y complicado, pero cuando está bien escrito engancha al lector por ese efecto que produce al crear un espacio duro y tremendamente realista y vivo.


Este género literario, anteriormente lo han transitado con éxito autores nacionales como Miguel Delibes o Jesús Carrasco, además de otros muchos también a nivel internacional, que prefiero no nombrar para evitar comparaciones.


Me resulta difícil ponerle nombre al género, pues tiene ciertos matices que complican el definirla, pero si debo escoger un título creo que sería “drama rural” siendo estos dos termines los que mejor definen la temática y el contexto.


Olga Merino nos muestra una historia dura en un contexto hostil para la protagonista, pero que al mismo tiempo le has amigable y es donde desea estar, lo que viene siendo una nula reciprocidad con el entorno que la rodea. Lo cual se complica, ya que el entorno rural que nos presenta no esta muy abierto a cambios, modificaciones o cualquier aspecto que modifique el status quo del pueblo. Sin embargo hay ciertos elementos que desde diferentes ámbitos y con diferentes fines buscan ese cambio y con una fuerza inusitada que empujan a todos y cada uno de los personajes.


La aparición de la muerte y el hecho de que siempre este presente, desde mi punto de vista, busca un simbolismo en el entorno rural, ya que según avanzamos la lectura que esa muerte se produce en circunstancias muy concretas y chocantes.


La novela se presenta en dos tiempos, siendo para mi el mas interesante el presente sobre los flashback que realiza, ya se que para que haya un presente y este tenga un sentido tiene que haber un pasado, pero en este caso me ha parecido mucho más interesante la actualidad, pasando a un segundo plano el pasado.


Este hecho hace que el ritmo en la narración cambié según los momentos descritos, y por lo tanto también los hace el lector en su velocidad lectora… o por lo menos eso me ha pasado a mí.


Si tengo que destacar algún fragmente concreto de la obra destacaría sin duda los relatos en el bar, el ambiente que describe, las actitudes de los personajes y como interaccionan me ha parecido estupendo, pues me ha llevado a revivir recuerdos de la infancia, ya que la narración ponía en palabras lo que yo viví hace ya unos cuantos años.


Para cosmopolitas este estilo literario es un género que gusta, aunque debo decir que es posible que muchos “opinadores literarios” digan que tira de clichés… pero desde mi punto de vista y con mis conocimientos sobre el entorno rural debo decir que estos hechos se corresponden mas con una realidad (pasada o actual) que a clichés o estereotipos rurales.


El final planteado debo decir que me gusta (es un tanto poético) pero para mi gusto… es la guinda del pastel.


Y ahora, me permito una licencia en forma de pregunta para aquellos que hayan leído la novela: viendo la portada del libro y después de leerlo que pensáis ¿es una valla derribada o es una valla caída? Espero vuestras respuestas. Yo me la reservo para no condicionar.


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