El escenario escogido por Dan Brown en esta ocasión es la
maravillosa ciudad italiana de Florencia (Firenze), y es por esto por lo que me
atrajo de la obra, sobre todo para quitarme el mal sabor de boca que me dejó la
última obra que leí ambientada en la ciudad (Una misa por los Medici de Richard Dübell). Y puedo decir que a nivel de ambientación, ese sabor de boca ha
mejorado, y mucho.
Tenemos ante nosotros la cuarta aventura de Robert Langdon
(después de Ángeles y Demonios, El código da Vinci, y El símbolo perdido), en
esta ocasión el caso que le ocupa tiene una doble vertiente, la búsqueda de un posible artefacto que pueda cambiar la
historia de la humanidad vinculado a la obra de Dante La Divina Comedia, en
concreto Inferno. Sin embargo no guarda relación con los pecados que Dante
refleja en la obra sino más bien en aspectos de la vida del autor.
Las características de este libro son similares a sus
predecesores, capítulos cortos, con una acción trepidante, en el que no hay una
secuencia relajada y capítulo que no termine con algo sorprendente o expectante.
Dicha estructura es perfecta para su adaptación a una más que posible película.
Casualidad… no lo creo. Dan Brown ha facilitado el trabajo a los guionistas de
la más que probable película.
Sobre la obra se han realizado muchas críticas, destacando
la irrealidad del argumento, sobre todo resaltando lo poco creíble que resulta que
el “malo” vaya dejando pistas para que descubran su plan, y estoy de acuerdo;
pero yo no me acerqué a la obra por su credibilidad, sino por el más puro
entretenimiento y localización, sin más pretensiones. Desde mi punto de vista
esta obra es para lo que es, para el puro entretenimiento, un texto que
engancha y constantemente tienes ganas de avanzar en la historia. Señoras y
señores no pidamos peras al olmo. Es una obra de Dan Brown.
Uno de los puntos fuertes de este libro es la magnífica
ambientación que realiza de los lugares, haciendo muy sencilla la ubicación en
el entorno, y si has tenido la suerte de visitar la ciudad, el disfrute es aún
mayor, ya que de alguna manera revives las sensaciones y aumentadas pues
recibes información que posiblemente habías pasado por alto. En este libro el
disfrute se multiplica ya que se “visita” alguna ciudad más que Florencia. Pero
prefiero no adelantar nada.
Como hilo conductor de esta serie de novelas de Dan Brown
tenemos la figura de Robert Langdon, que por causa del cine le pongo la cara de
Tom Hanks, un particular profesor de Harvard
experto en simbología, con una extraña capacidad de verse inmerso en
problemas, cada vez más graves. Destacaría dos aspectos fundamentales, el
particular sentido del humor el cual es muy curioso desde un punto de vista
intelectual; y el otro aspecto es el enigmático reloj de Mickey Mouse, el cual
ofrece al personaje un punto desconcertante, positivo para poder introducirlo
en situaciones variopintas posibilitando reacciones inesperadas.
La recomendación del libro es positiva, ya que es una
lectura ligera, que engancha y relajante en lo que se refiere a una lectura
rápida, sin necesidad de estar concentrado en el texto. Lo dicho, una lectura
entretenida y sin pretensiones , ideal para una lectura de verano. No obstante
sigo pensando que Dan Brown enmascara de realidad sus historias, para aumentar
su impacto; modificando y sesgando hechos para que se ajusten a sus ideas y
ambiciones, algo que me parecería correcto si no lo vendiese como la Verdad.
Imagen de Dante Aligheri tomada en Florencia |
1 comentario:
El libro es bastante interesante, es entretenido y captura al lector. Te invito a mi blog para conocer los lugares tras el libro Lugares de Inferno de Dan Brown
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