En 2008, Marcus Goldman, un joven
escritor, visita a su mentor -Harry Quebert, autor de una aclamada novela- y
descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan. Poco después,
Harry es arrestado y acusado de asesinato al encontrarse el cadáver de Nola
enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro
sobre el caso. Mientras busca demostrar la inocencia de Harry, una trama de
secretos sale a la luz. La verdad sólo llega al final de un largo, intrincado y
apasionante recorrido.
Si debo escoger una única palabra
para definir esta novela sería “enrevesada” debido a la cantidad de giros que
da la historia dejando abiertos multitud de cabos que mantienen en tensión al
lector por la dificultad de ver una salida clara al libro. Sin embargo creo que
hay demasiados giros que si tuviese más tiempo para realizar un lectura más
pausada encontraría ciertos aspectos que no concordarían o que se cogerían “con
pinzas”.
De los aspectos que más me han
gustado de la novela debo destacar el argumento, muy atrayente para gente como
yo que nos interesa el mundo de la literatura desde el punto de vista de la
escritura y la edición; reflejando de manera clara el proceso de construcción
de un libro compaginándolo con la investigación del caso de Harry Quebert, otro
conocido y asentado escritor. Todo aderezado con una ambientación en un pueblo
típico americano con sus gentes, sus comercios, casas, bailes, caminos,
policías y demás… muy típico pero muy bien descrito. Teniendo como fondo el
periodo electoral que dio lugar a la elección de Barack Obama como 44º
Presidente de Estados Unidos.
Este libro se puede considerar el
éxito del verano, su lanzamiento y ascenso durante este tiempo ha sido casi
meteórico, generando muchos comentarios en redes sociales y webs, pero con
opiniones muy diferentes en algunos casos. Personalmente creo que Joël Dicker
con esta segunda obra ha encontrado la clave del éxito, en este caso acompañado
de algunos premios que han impulsado la obra internacionalmente y la han
convertido en un bestseller, por ahora del verano.
El estilo de la narrativa de
Dicker es muy fluido, y en ocasiones trepidante, no obstante a la mitad del
libro más o menos el ritmo decae debido a multitud de giros, pistas
contradictorias y a momentos de ralentización de la investigación, por suerte
esta bajada de intensidad es temporal, ya que el ritmo se retoma y termina con
un final apoteósico y extremadamente complicado aunque posible en el que la
mayoría de aspectos cobran sentido.
La enseñanza del libro es que
nada es lo que parece y que todo tiene un sentido, más o menos positivo o
lógico, pero con una explicación razonable. Este aspecto importante hoy en día
en que muchos de los libros que se publican no van más allá de contar una
historia careciendo de una profundidad para dar lugar a una reflexión
posterior, y este libro podría haber sido uno de ellos sin problema pero con la
introducción de determinadas reflexiones durante el trascurso de la novela Joël
Dicker ha conseguido ofrecer algo más que un relato entretenido original y
vibrante.
La recomendación es positiva, sin
embargo no creo que este libro pase de ser el libro del verano, como mucho yo
le dejo en el mercado en posiciones
altas hasta como mucho navidades, pero el que lo lea lo recordará con
cariño.
PD: Obligatorio leer con atención
los inicios de cada capítulo en los que se tocan pilares clave del mundo del
escritor y de la edición, consejos a tener muy en cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario