Un avión en el que viaja una misión de la ONU se ve obligado a efectuar
un aterrizaje de emergencia en un rincón perdido del archipiélago indonesio.
Los supervivientes –una variopinta pandilla de enfermeras
suecas, comadronas y leñadores finlandeses, médicos noruegos, azafatas y
pilotos ingleses– consiguen alcanzar una playa rodeada por
una jungla impenetrable. Superada la consternación inicial, la comunidad
de náufragos se dedica con creciente alegría a la organización de la
supervivencia.
Desde hace algún tiempo nombrar a
Arto Paasilinna viene a ser lo mismo que crítica social y sátira, y Prisioneros
en el paraíso no iba a ser menos.
Y en esta ocasión la crítica coge
a toda la sociedad, desde el primero hasta el último. Usando el contexto de una
isla desierta y la fundación de una nueva sociedad en ella, con unos principios
y normas muy diferentes de las que rigen cualquier territorio occidental.
Pasilinna va derribando uno a uno los pilares que se consideran inamovibles a
través de las situaciones que se van dando en el transcurso del naufragio.
La narrativa es ágil y los puntos
de humor se agradecen, así como la organización por capítulos, que si el autor
hubiera tenido a bien podría haber nombrado sin ningún problema, pues cada uno
de ellos “atacaba” un flanco, desde el punto de vista del autor.
Este libro tiene, entre otras
virtudes, la de hacerte pasar un buen rato haciéndote al mismo tiempo
replantearte ciertas ideas preconcebidas o prejuicios a golpe de sonrisa o
risotada; y es una característica que rara vez se da, dada la estricta
compartimentación que se realiza en el mundo literario, haciendo difícil
“encasillar” un libro a varios status.
Al leer este libro he descubierto
otro aspecto y es que la literatura nórdica no solo vive de la novela policíaca
o de investigación, sino que la sátira y el humor están a la orden del día , y
un humor que reconozco que me gusta mucho, no tanto como el británico, pero sin
dudarlo me parece genial.
El final es apoteósico,
apareciendo continuamente dicotomías y enfrentando ideas y posturas sobre un
mismo hecho. El lector puede posicionarse, yo lo he hecho, pero a través de la
reflexión posterior sobre el libro, creo que abogar por una u otra postura
respecto a las últimas decisiones es difícil cuando estás leyendo en el sofá de
tu casa, y no has tenido el bagaje de los personajes del libro. Yo desde aquí
tengo claro porque votaría pero una vez allí…
Admito que realizar la reseña de
este libro es estupendo, porque difícilmente se puede recomendar un libro, para
todas las clases de lectores, y creo que con este, ante una recomendación,
tenemos muchas posibilidades de dar en la diana.
A modo de curiosidad, si tuviese
que elegir algún personaje del libro que me hubiese gustado más no sabría cual
escoger, y eso que hay donde escoger, pero me resulta complicado.
Y como colofón me gustaría decir:
¡¡Viva la literatura nórdica de Sátira y humor!!
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