O. Henry, anteriormente conocido como William Sydney Porter
fue uno de los mayores exponentes del relato breve estadounidense, llegando
hasta al extremo en el que se popularizó la expresión “un final a lo O. Henry”
para identificar desenlaces sorpresivos. A pesar de ser un autor muy prolífico
y versátil no consiguió asegurarse una vida desahogada a través de su trabajo
como escritor pasando gran número de penurias, sin embargo en su haber cuenta
con el honor de ser el fundador de varias publicaciones
La elección de la ciudad de Nueva York como marco para esta
serie de historias no es casual, la relación de el autor con esta urbe
trascendió más allá del gusto de escribir sobre la ciudad llegando a buscar con
cada uno de estos escritos un homenaje a la gran manzana.
El texto al que nos enfrentamos es un compendio de relatos
breves en los que el autor nos representa una selección de la tipología de
habitantes de la Nueva York de la época (inicios del siglo XX) en contextos y marcos
narrativos originales al mismo tiempo que cotidianos.
La selección de estas historias dudo que fuese fácil porque
para O.Henry cada uno de los habitantes de la ciudad (que ya contaba con cuatro
millones) poseía “una historia digna de ser contada” algo con lo que no podría
estar más de acuerdo, cuantas historias o anécdotas se perderán en la memoria,
sin que hayan sido relatadas ni siquiera de manera oral, disipándose de esta
manera ese conocimiento o experiencia que permitiese a futuras generaciones
iniciar su camino desde un punto de partida más ventajoso.
La naturaleza de los relatos es difícilmente comparable, son
muy breves apenas de media diez páginas, pero la intensidad de muchos de ellos
(son diecisiete) hace que tengas que parar de leer al finalizar el relato para
comprender la dimensión de la historia que acabas de percibir. Poniendo siempre
un guinda final que hiciese en ocasiones el volver la vista atrás y en otras
preguntarte ¿pero qué ha pasado? Brillante.
Reconozco que no soy un gran lector del relato corto, sin
embargo esto no quiere decir que no valore este tipo de literatura, ni mucho
menos. El condensar una historia en tan pocas páginas manteniendo la tensión,
sin obviar detalles con una estructura básica de presentación, desarrollo y
desenlace es de un gran mérito.
La pregunta que me surge a través de la reflexión posterior
a la lectura de este libro es, ¿Cómo podemos distinguir cuando tenemos una idea
si esta es buena para un relato corto o para una novela? Como lector no se
responder, pero sí que puedo decir que he leído novelas que bajo mi punto de
vista habrían ganado como relato corto y relatos cortos que podrían haberse
ampliado a novela por la naturaleza de la historia que nos presentaba.
Un libro imprescindible para amantes del relato corto y para
aquellos lectores que se quieran iniciar en el mismo. Enhorabuena a Nórdica por
tan bella edición.
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