5 de agosto de 2013

EL MAESTRO DEL PRADO de JAVIER SIERRA



Joven protagonista encarnado por el mismo autor, Javier Sierra, que en la introducción declara su propósito de narrar los episodios supuestamente vividos por él hace en 1990, mientras cursaba sus estudios en la Facultad de Periodismo. Una mañana, al observar la escena del famoso cuadro titulado La Sagrada Familia de Rafael, un extraño personaje de edad madura se ofrece a descubrirle las claves secretas que los pintores dejaron en sus lienzos para los siglos posteriores.

“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:16) De esto adolece esta novela. Esta a medio camino entre una novela y un ensayo, quedando en ambos casos muy corto para considerarse ninguna de las dos opciones. 

Y es curioso porque lo que acerca esta obra a ser una novela la aleja de ser un ensayo, y lo que evita que se pueda considerar un ensayo son las trazas de novela. Ante esta disyuntiva la editorial o el autor decidieron “Venderla” como novela en la cual se descubren multitud de secretos y mensajes ocultos de algunos cuadros del Museo del Prado de Madrid, una decisión puramente comercial en la que lectores como yo, se han sentido en cierta manera defraudados.

Y debido a la bipolaridad de la obra el análisis que realizo será doble, tratando por separado las dos vertientes.

Novela, carece de interés, buscando entre explicación de cuadro y otro, el enlace entre ambos con situaciones bastante forzadas que en ningún caso enganchan ni le dan ritmo a la obra, por lo que estos aspectos no tienen suficiente potencia como para considerar al texto como novela. Sin embargo la trama, en mi opinión, tiene posibilidades. Pero creo que desde un punto de vista más activo y cohesionado hubiera tendido una mejor resolución.

Ensayo, no soy un gran experto en arte, sin embargo creo que el aspecto de las pinturas proféticas está muy cogido por los pelos, ya que dudo de la veracidad de las conexiones expuestas por el autor, siendo interpretaciones personales en vez de hechos bien contrastados. La investigación que ha realizado el autor sobre los cuadros considero que es de valorar, sin embargo ha cometido algunos errores de manual, como por ejemplo renombrar a uno de los ladrones que fueron crucificados junto a Jesucristo, de Gesmas a Gestas. Punto negativo.

Nuevamente volvemos al típico problema de prometer y crear expectativas que no son. Antes de adquirir el libro vi una entrevista al autor que explicaba el libro haciendo hincapié en aspectos que me atrajeron, pero a medida que leía el libro esos aspectos, efectivamente estaban, pero no en potencia y en abundancia como dejo a entender el autor.

Por supuesto que este libro tiene su audiencia, pero considero que es un grupo muy específico; ya que aquellos lectores de novela, en mi opinión se quedarían fuera, y los que buscan y disfrutan con la lectura de ensayos, los momentos narrativos, se les van hacer insufribles. Sin embargo aquellos que quieren algo intermedio y no se atreven con libros específicos de arte, es posible que aquí encuentren la horma de su zapato.

En general, puedo decir que no he disfrutado de la lectura, sin embargo reconozco que a través de su lectura, se me han despertado unas ganas locas de visitar una vez más el museo del Prado, y fijarme en alguna que otra obra que en anteriores visitas he podido ver de soslayo. Punto Positivo.


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