Desde luego que no se puede decir que Chris Stewart haya tenido, al menos hasta el momento, una vida aburrida. En este libro, nos cuenta un trocito de ella: desde el momento en el que decide dejar Inglaterra e instalarse junto con su mujer Ana, en un cortijo de Granada, en las Alpujarras.
La naturalidad con la que cuenta esta aventura, es genial. Es casi como esos libros que de vez en cuando uno comenta con sus amigos que estaría bien escribir, recogiendo los acontecimientos más divertidos, raros o asombrosos que les suceden, esos anecdotarios que no suelen ver la luz. Y es que eso es lo que me imagino que pensó Stewart al escribir esta obra, que estaría bien dejar constancia escrita de las experiencias que vivió junto con los lugareños de las Alpujarras. Hay ocasiones en las que pensaba que no era posible que eso hubiera sucedido de veras, aunque por otro lado no me extrañaba nada.
Es un libro que hace que te apetezca ese tipo de vida, porque además nos la cuenta un tio que es un auténtico optimista, y nos muestra cómo ha sido capaz de llenar su vida con las pequeñas cosas. Es como la foto de la portada (rodajas de limones tendidas al sol) una historia fresquita, un poco ácida, un poco dulce y muy apetecible. No voy a esperar mucho para leerme la segunda parte (El Loro en el Limonero).
Espero que os guste.
Saludos, gente.
PD: bueno, tengo la suerte de tener unos hermanos que se lo curraron y me regalaron este libro bien firmadito por Chris Stewart, que tuvo el detalle de pasarse este año por la Feria del Libro de Madrid. Gracias, chicos, magustao mucho!
2 comentarios:
Anda que... yo que tenía este libro apartadito, porque no me convencía mucho la explicación que me hicieron sobre él... ahora tendré que leermelo! bueno como tengo q secuestrarselo a mi madre, tardaré aun 15 dias en empezarlo, tiempod e sobras apra acabarme el que he empezado esta mañana
Ya verás como te encantan los alpujarreños... :)
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