Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que
contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de
sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son
historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera
que sabías. Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el
mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van
perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota. Un capitán
del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la
guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera niña embarazada y vive
una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses;
un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que
el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que
enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre
purificadora del vencido. Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto
Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante
intento de hacerlo desde la literatura.
Para describir y opinar sobre
este texto es necesario realizar cierto nivel de abstracción y conocimiento
histórico de lo que se narra, tras lo cual se puede optar por hacer un análisis
más formal o un análisis más centrado en los contenidos. En este caso concreto
he decidido enfocar esta reseña hacia el terreno más formal, ya que creo que da
más de sí.
Uno de los aspectos que más
valoró de este libro es la variedad de puntos de vista narrativos que nos
ofrece en cada uno de los relatos que componen la obra. No sólo debemos tener
en cuenta el buen hacer en la elecciones sino la pertinencia en el uso de los
diferentes actores narrativos para dar al texto en concreto una carga emotiva
que refuerce la temática y llegue al lector calando fuertemente y haciendo que
en la medida de lo posible sienta emociones similares a los protagonistas de la
historia.
Tocando de soslayo la temática
del texto y si me tengo que quedar con alguna historia de las cuatro, sin
ninguna duda me quedo con la primera, primero porque me parece la mejor
construida sobre todo en lo que al protagonista se refiere, ya que
personalmente pienso que es el personaje más completo y mejor construido de
todos los que aparecen a los largo del libro. Desde el punto de vista temático
creo que esta historia ofrece una perspectiva menos tendenciosa y panfletaria
ofreciendo unas ideas que pueden llegar a mostrar el sinsentido que tienen las
guerras y más aún las guerras civiles.
La interconexión de los relatos
ofrecen al lector un hilo conductor más allá de la temática del mismo, dando a
entender la globalidad de lo acontecido en aquella época, estableciendo
vínculos entre personajes de los relatos 1 y 3 y entre los relatos 2 y 4,
aunque creo que puede existir cierta conexión entre personajes del tercero y
cuarto.
Reconozco que casi por norma no
suelo escoger novelas sobre la guerra
civil, ya que la mayoría son obras parciales, ya que aunque lo que cuenten sean
verdades como puños, no muestran el global de la situación sino aquello que al
autor le sirve para mostrar y sostener su argumento o sus ideas; por lo que al
lector se le ofrecen medias verdades como verdades completas.
Alberto Méndez tenía muy claro su
objetivo al escribir y publicar esta obra y por esta razón dio la forma al
texto de manera muy estudiada, sin embargo no pudo observar el éxito de su obra
ya que al poco de ser publicada falleció, por lo que tampoco conoció la
existencia de la película basada en el último relato del libro. Dicha película
no la he visto sin embargo pienso verla para comprobar sobre todo como se ha
realizado la adaptación y para observar si la historia ha sido manipulada en el
film y con qué objetivo.
En definitiva es un buen libro,
el cual narrativamente es más que correcto consiguiendo transmitir sensaciones
que para otros autores pueden resultar extremadamente complicadas de hacer
llegar al lector.
No se si sería el objetivo del
autor pero personalmente creo que lo que en este libro se refleja es la
vergüenza de una país, la vergüenza de lo ocurrido antes, durante y después de
la contienda, la vergüenza de cómo el pueblo no supo gestionar y dar cabida a
las diferentes maneras de pensar sin recurrir a la violencia... Otra gran mancha
en la historia de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario