El tener entre manos y ante mis ojos lectores una obra homenaje literaria siempre es un gustazo, y si además se disfruta de su lectura es un gusto doble, pues se puede decir que el homenaje ha sido doble, por un lado con el tema y por otro con el resultado.
En esta ocasión se ha dado, pues he disfrutado con la lectura de este libro, el cual ha aparecido en el panorama editorial sin hacer mucho ruido ( es lo que tiene ser una editorial que no pertenece a uno de los dos grandes grupos), pero esta llamada a marcar a aquellos lectores que se acerquen y se animen a leerla/disfrutarla.
En esta novela tenemos dos ejemplos de estados personales ante la literatura, el primero lo encarna Monsieur Picquier, un amante de la literatura consagrado que no puede hacer otra cosa que proclamarlo a los cuatro vientos y atraer a personas a compartir esa “adicción”; y por otro lado tenemos a Grégoire, un ejemplo muy actual de persona sin ningún interés por la literatura y la lectura, pero que con dosis de paciencia y buen criterio de su mentor, se adentra en ese nuevo mundo para el con las lecturas mas idóneas para su momento vital.
La relación de los dos protagonistas es muy interesante pues aunque es una verdadera amistad, tienen sus altibajos y enfrentamientos, que hacen que mentor y aprendiz vayan cambiando papeles y cada vez este último vaya adquiriendo un papel protagonista y de responsabilidad en decisiones y se enfrente al criterio de Monsieur Picquier. Que aunque Grégoire lo vea como un acto de rebeldía, en realidad es el principal objetivo de cualquier mentor o prescriptor literario, que no es otro que el “aprendiz” no necesite de su guiado, sino que por si mismo sepa escoger y moverse entre el maremagnum literario que existe.
Otro aspecto que quiero destacar es la aparición de la narración oral, algo que en lo referente al publico adulto es casi inexistente ( por suerte en el caso infantil sigue estando muy presente) y es una lastima pues los libros cuando son leídos en voz alta adquieren una personalidad mas fuerte y se hacen más palpables a los escuchantes, pues toman vida ante nosotros, y si el narrador es bueno es una experiencia maravillosa.
El final aunque duro y con complicaciones que perturban el idílico desarrollo del que se disfrutaba en el resto de la novela, es muy interesante e importante para completar el círculo que es esta novela de Marc Roger, y llegar a la consecución de los objetivos que comparten Monsieur Picquier y el autor de la novela antes nombrado, hay objetivos que nos sobrepasan.
Por otro lado debo destacar la portada, normalmente no soy lector que se vea muy influenciado por las portadas( o eso quiero creer) pero la verdad es que en esta ocasión la portada es estupenda, se nota cuando las editoriales tienen gusto a la hora de diseñarlas, y en Duomo son maestros, poniendo como ejemplos La retornada, Me quedo aquí y la ultima en incorporarse Fidelidad. Estas novelas da rabia tener que ponerlas de canto en la estantería.
Sin lugar a dudas recomiendo la novela, es fácil de leer y la sensación de lectura es buena tanto por la narrativa como por el tema que trata. Lectores y lectoras no tengan miedo de adentrarse en la librería de Monsieur Picquier, es una visita de la que se recuerdan con cariño.
PD: no sé de qué material estarán hechas las cubiertas de los libros de Duomo Nefelibata pero el tacto es genial!
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