La historia narrada por Rachel Joyce comienza de la
siguiente manera; tenemos a Harold Fry, nuestro protagonista, el cual lleva
jubilado algunos meses y vive la vida de una manera bastante sedentaria o casera;
nos situamos en un barrio residencial del suroeste de Inglaterra. La acción se
inicia al recibir este una carta de una vieja conocida suya, la cual decide
contestar de igual forma, pero de manera seudo-inconsciente cambia de parecer y
decide entregarla en mano, para lo cual tendrá que recorrer más de 800
kilómetros hasta el norte de Inglaterra.
Podríamos definir esta obra como narrativa contemporánea,
pudiéndose observar que la obra se encuentra muy seccionada en capítulos teniendo
cada una de ellos 7 u 8 páginas, compartimentando de esta manera el viaje de
Harold.
El libro está narrado, en su mayoría, en dos líneas por un
lado el peregrinaje de Harold Fry y por otro la narración centrada en la esposa
de Harold la cual se encuentra en una situación parecida a la de su esposo, ya
que ambos están viviendo experiencias totalmente nuevas para ambos, siendo al
mismo tiempo diametralmente opuestas.
En mi caso, admito que le he tomado un cariño especial a la
figura de Harold y a su decisión de afrontar ese peregrinaje de una forma tan
valiente, enfrentándose a un porvenir totalmente desconocido e imprevisible.
En lo referente al final, puede ser más o menos previsible,
pero esto no resta para que sea emocionante y se puedan leer párrafos realmente
conmovedores y profundos, que hacen reflexionar sobre determinadas actitudes de
los personajes, y posteriormente comprender la evolución de muchos de ellos.
A lo largo de este insólito peregrinaje escrito por Rachel
Joyce, podemos observar como van haciendo aparición multitud de personajes
secundarios, en los cuales podemos observar ciertos estereotipos de ciudadanos
ingleses de toda condición, en los cuales observamos características que en
ocasiones pueden resultar incluso cómicas(manteniendo siempre un trasfondo crítico
hacia ciertas actitudes), en este apartado me gustaría destacar el encuentro
con el “famoso” y sus discrepancias sobre el nombre de los perros.
Aunque no sea una obra maestra, es de esas obras que se
recuerdan con cariño, ya que es una obra que aporta, tiene valores y esto hace
que para mí esta obra sume puntos. También es de resaltar que ha estado nominada
al Man Booker Prize 2012 (el cual ha terminado ganando Hilary Mantel) siendo
este un premio con cierto prestigio, ya que se concede a obras ya publicadas,
con lo que la reacción de los lectores tiene cierto peso en la elección de
candidatas.
Reconozco que estoy teniendo suerte con mis últimas
elecciones en lo que lecturas se refiere, espero y deseo que siga la racha.
Recorrido de Harold Fry |
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