Originalidad, si tuviera que definir este libro con un solo
término, la palabra que escogería sin lugar a dudas sería Original. Escogería
esa palabra por dos razones, la primera y más evidente es la estructura, la
edición que vemos es cuanto menos espectacular, ya que el libro está plagado de
efectos visuales que ayudan a comprender la obra y aumentar el sentido de la
mismas si cabe, y por otra parte original en el tratamiento y el punto de vista
del tema, el 11S y el fallecimiento del padre de nuestro protagonista.
Debido a esta originalidad de esta edición, la publicación
de esta obra en formato ebook es incompatible, debido al gran número de
imágenes, justificaciones dispares, color, páginas con una sola frase, juegos
tipográficos… que hacen de esta obra sea terreno del libro impreso, aquí,
ladies and gentlemen, el ebook no llega
por sus limitaciones.
La historia es original y la figura de nuestro pequeño
protagonista es fascinante, un personaje bien construido que nos permite
adquirir y punto de vista muy cercano, al mismo tiempo que le acompañamos en su
peregrinar por New York. Es posible que nos recuerde al protagonista de “el
curioso incidente del perro a medianoche”
de Mark Haddon pero es un espejismo, en este caso, el lector establece
lazos más estrechos.
Contamos de fondo con el acto terrorista 11S y la gran
ciudad de Nueva York, más allá de Manhattan, recorriendo y describiendo todos y
cada uno de los barrios que conforman la ciudad (Queens, Brooklyn, Staten
Island, Bronx y Manhattan) incluso dentro del texto se nos hablará de la
existencia de un sexto distrito…..en toda regla un homenaje a una ciudad que
sufrió un ataque brutal y que gracias a su espíritu combativo, emprendedor
y comprometido no solo ha recuperado su
esplendor, sino que lo ha aumentado si cabe.
La existencia de imágenes dentro del cuerpo de la novela
resulta muy interesante ya que facilita la inmersión en el libro y su
compresión, además de posibilitar una cierta empatía con el muchacho.
El final es sorprendente, a pesar de que nos ofrece pistas
durante el desarrollo, sin embargo no deja de ser emocionante y cautivador ver
como Oskar encaja con habilidad todas las piezas del puzzle que tenía delante.
Al leer este libro y otros he podido descubrir un género que ubicaré entre
mis favoritos los road-books, libros en
los que el protagonista recorre una travesía física con “x” propósito, en el
que hilo principal es este peregrinaje.
Reconozco que me ha costado terminar el libro, no porque no
me gustase, sino por lo contrario, me gustaba demasiado y me daba pena acabar y
despedirme así de Oskar. Después de terminar esta lectura y de haber tenido un
tiempo de reflexión puedo afirmar que tenemos ante nosotros una obra maestra de
la edición y una historia que nos hará disfrutar de la mano de Oskar Schell.
Bien podría ser la cámara que siempre acompañaba a nuestro protagonista |
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