A pesar de ser una ciudad eminentemente literaria, Edimburgo
no tiene muchas publicaciones que la tengan como marco narrativo mostrando su
cara actual. Sin embargo antes del verano del pasado año encontré por
“casualidad” esta obra, la cual no dudé un momento en adquirir para que se
convirtiera en mi lectura viajera, pero la cosa no fue bien debido a que
llegaba tan cansado al hotel tras las largas jornadas, que no me quedaban
fuerzas para leer con calidad. En resumen después de 10 días de viaje solo
había alcanzado la página 40. Sin embargo la obra seguía latiendo en mi
estantería y en cuanto tuve ocasión no la leí, la devoré.
Nada más comprarla, recuerdo la sensación de tener entre las
manos algo más que un libro. Una sensación debida a la concentración de
detalles que transforman este libro en algo más que un continente que guarda un
contenido. La edición es fantástica y muy cuidada, nada más empezar a pasar
páginas se nota la diferencia. El anexo de un mapa de la ciudad en el cual se
marcan no solo los lugares que se nombran en la novela sino también los lugares
más conocidos de la ciudad. Por último, el regalar con el libro una pequeña
colección de postales con imágenes en blanco y negro que nos descubren
diferentes paisajes urbanos, es toda una muestra del cuidado de la editorial
Jekyll y Jill en la publicación de sus obras. Cosas que a día de hoy son
impensables en formato electrónico.
Una vez aclarado mi admiración por el continente, llega el
momento del contenido, el cual no iba a ser menos, el nivel de la narrativa de
Brian McCabe es indudable y su carácter escocés se muestra en cada página que
leemos un carácter similar al inglés pero con ciertos aspectos que dan su
propia personalidad al texto. Esta personalidad se transmite en el protagonista
Patrick McCoy, el auténtico McCoy. Auténtico escocés. La historia nos presenta a McCoy como un
fracasado, pero con ciertas ideas claras y con un espíritu de superación muy
particular, sin embargo el desarrollo de la obra centra su interés en la
relación que establece con sus amigos y conocidos, que en ocasiones roza el
surrealismo absurdo pero dentro de un contexto completamente realista. Es
difícil de entender, pero es así.
Retomando la idea del marco de libro, la gran ciudad de Edimburgo,
debo reconocer que tengo debilidad por este lugar, por lo que es, por lo que
fue y por lo que representa. Sin embargo no entiendo como siendo una ciudad con
tanta historia, con tanta cultura y con rincones y leyendas maravillosas no ha
sido más explotada por escritores como han sido otras ciudades de su
“categoría”. Esto no puede seguir así. Sin embargo una conocida escritora, creo
que se llama JK Rowling, inicio la saga de Harry Potter en Edimburgo en un
local llamado “The Elephant House” y terminó la saga en el Hotel Balmoral, con
nivel. Tomando prestados nombres de personas allí enterradas para sus
protagonistas,concretamente del cementerio de Greyfriars, yo encontré el
apellido de McGonagall (William McGonagall, Poet and Tragedian), pero existe un
problema, que aunque usó Edimburgo para escribir su saga, en ningún momento en
los libros se pisa la ciudad. Una pena.
Puedo decir que es de los libros basados en ciudades que he
visitado que más me ha gustado,
posiblemente debido a la cotidianeidad de la historia y la familiaridad
con el que está escrito, explicando y describiendo con minuciosidad los
diferentes rincones de la ciudad, haciendo posible un punto de vista mucho más
cercano al protagonista, e incluso, como me ha pasado a mí, acelerando la
lectura en los momentos de más intensidad del relato.
La recomendación de este libro es obvia, puedo decir que me
ha encantado en todas sus vertientes; la temática, la historia y la magnífica
edición. Sin duda un libro que podré volver a leer dentro de mucho tiempo, porque
físicamente el libro estará en perfectas condiciones. Da gusto ver que aún
existen editoriales volcadas en ofrecer un producto compensado, calidad en la
obra y calidad en la edición.
¿Estaríais dispuestos a pagar un poco más por un libro bien editado y construido?
Imagen de Edimburgo desde el Castillo |
3 comentarios:
A mi también me gustó mucho cuando lo leí, es un libro a tener muy en cuenta y de esos que te alegras de tenerlo en la estantería, como quien tiene un tesoro, para poder volverlo a leer cuando uno quiera, como bien dices. Un saludo.
Si, La verdad es que una obra con calidad narrativa y con calidad física.
Publicar un comentario