Blues de Trafalgar es
una novela apasionante inspirada en hechos reales. Las convicciones
traicionadas, la pérdida de la juventud y la corrupción derivada de la falta de
escrúpulos son algunos de los elementos de esta mezcla de thriller y fábula
moral. Cuatro amigos que veranean en Zahara de los Atunes encuentran
casualmente un alijo de droga escondido en un abrigo de la sierra. Deciden
llevárselo sin suponer que un joven de la localidad, a cuyo cargo estaba el
alijo, será secuestrado por los narcotraficantes. Seguros de que nadie sospecha
de ellos, deciden ignorar el secuestro y abandonan al joven a su suerte. Años
después, y ocupando puestos relevantes en la sociedad andaluza, tendrán que
enfrentarse a este trágico secreto de su pasado. Blues de Trafalgar transcurre
entre la costa gaditana que preside el faro de Trafalgar, Sevilla y Londres y
tiene como trasfondo los años que van de la Exposición Universal de Sevilla de
1992 a la primera legislatura de Zapatero.

Reconozco que disfruto de
aquellos libros que por así decirlo me ponen en un brete, pero que sin embargo
no me intentan guiar hacia la respuesta “correcta”, sino que me presentan la
situación tal y como está y yo como lector, desarrollo mi empatía y me coloco
en la tesitura del personaje, en esta caso que nos ocupa, personajes.
Uno de los grandes aciertos de
este libro y por tanto de su autor es haber utilizado un sistema de narración
desde el punto de vista de la primera persona, esto resulta clave para que al
lector le resulte más fácil adoptar el rol del protagonista/narrador, y por lo
tanto adentrarse más y más en la trama.
Los personajes…. Aquí me vais a
permitir que utilice una expresión que aunque no muy correcta, es lo que yo
pienso de la tribu que nos presenta José Luis Rodríguez del Corral, para mí el
conjunto de los personajes son “el quién es quién de la mierda humana”, no
salvo a ninguno, desde el punto de vista de las decisiones, todos y cada uno de
ellos son perfectamente censurables, pero por desgracia estos ejemplos los
vemos día tras día, con características muy parecidas a los protagonistas del
relato.
La historia resulta interesante y
a medida que avanza el argumento las posibilidades de que acontezcan diversos
finales hace que el lector acelere la lectura ante la zozobra de la
incertidumbre provocada por la resolución del meollo.
Si tuviera que escoger una escena
del libro, por el impacto en la historia y el impacto visual que dejo en mi
mente, elijo el reencuentro de los cuatro protagonistas en la conferencia. El
imaginar las caras y las sensaciones internas de cada uno de ellos, ante lo que
supone el recordar un hecho oscuro y no resuelto del pasado, creo que es,
personalmente, un punto culmen del texto que nos facilitará entender lo que
ocurrirá a continuación.
Debido a la amplitud en lo que se
refiere al número de decisiones que toman los protagonistas, las lecturas que
se pueden realizar sobre las intenciones primarias de algunos de los personajes
son muy variadas, ya que la historia es tan abierta que permite cierta libertad
de interpretación.
En resumidas cuentas, un libro
bien escrito y con una extensión justa que permite disfrutar del texto si echar
en falta ningún elemento extra. Y ahora la pregunta que queda en el aire es
¿Qué hubieses hecho tú en cada una de las decisiones que se han tomado en el
libro?
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