Auténtico monumento de la literatura obrera inglesa y piedra de toque
del movimiento de los Jóvenes Airados británicos, Sábado por la noche y domingo por
la mañana fue la novela que
lanzó a la fama a Alan Sillitoe. Arthur
Seaton, su protagonista, es un muchacho de veintidós años, poco amante de los
compromisos y que trabaja a destajo de lunes a viernes en una fábrica de
bicicletas, en el sombrío Nottingham de los primeros años de la posguerra. Pero
Arthur vive con los ojos puestos en el fin de semana. Cada sábado por la noche
bebe hasta caerse redondo en el pub, se mete en todas las peleas que encuentra
y trata de llevarse a la cama a las esposas de sus compañeros de trabajo. Sin
embargo, pronto descubrirá que lo que cree que le hace libre constituye en
realidad una cárcel, y que su existencia de rebelde tiene un lado oscuro cuyo
rigor le es difícil imaginar.

En esta ocasión Alan Sillitoe nos
ofrece una obra que es un claro ejemplo de las costumbres más arraigadas en la
sociedad inglesa posterior a la Segunda Guerra Mundial, ambientada en la ciudad
de Nottingham, situada en el centro de Inglaterra. Una ciudad en aquel momento
eminentemente industrial, en la que nuestro protagonista vive y trabaja en una
fábrica de bicicletas.
Arthur Seaton, protagonista del
texto, tiene unos objetivos en la vida un tanto peculiares, vivir a toda prisa,
sin ningún tipo de conciencia ni remordimientos y por supuesto huyendo de todo
tipo de responsabilidad tanto intrínsecas a él, como las sobrevenidas por sus
acciones. Es una conducta injustificable, pero creo que es debida a su servicio
en la guerra como militar reclutado a la fuerza para combatir en un conflicto
que nunca llegó a entender.
Quién busqué en su próxima opción
lectora mucha acción e intensidad, este no es libro. El fuerte de este libro
radica en el contar el día a día de nuestro protagonista dentro de la
cotidianidad aderezada por determinadas acciones que le dan cierto regusto que
hace tener más interés en el avance de la lectura.
La prosa de Sillitoe es sencilla
y directa, sin tapujos ni adornos que no sumen al texto, una narrativa efectiva
que sitúa al lector en la historia sin marearlo, haciendo que enfoques la
atención en el relato y en lo que acontece en el mismo. Al mismo tiempo el
autor consigue crear una atmósfera muy nublosa y lúgubre que coincide a la
perfección con el momento histórico que se vive y en el estado de ánimo de los
personajes.
En general una novela un poco
sosa (en lo que se refiere a acción), sin embargo si te gustan las novelas bien
construidas y con un claro componente costumbrista y con dosis de crítica
social y toques de humor británico, aderezadas con un protagonista bastante
singular, esta obra puede ser una buena elección.
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