Burt sólo tiene ocho años, pero su pequeño corazón ya ha conocido
grandes sentimientos. Demasiado grandes. Demasiado fuertes. Ahora vive recluido
en un Centro de Internamiento Infantil por lo que le hizo a Jessica. Solo,
contra la estupidez de los adultos que convierten sus sueños en síntomas
clínicos y su amor en un delito. Solo, en una fortaleza de silencio. ¿Quién lo
sacará de allí? Pura emoción, en una prosa maravillosamente conseguida.

No me extraña que cuando se
publicó por primera vez en Estados Unidos no tuvo mucho éxito, pero que al
llegar a manos de una sociedad más “abierta” como la francesa tuviese la
posibilidad de explotar y conseguir cierta cota en ventas.
Una vez terminado el texto
recordé que Howard Buten, tenía varias profesiones que en libro se ven
perfectamente, la primera escritor, con un texto muy bien estructurado y
situándose a la perfección en la voz narrativa de un niño (cosa que no es nada
fácil hacerlo bien); la segunda psicólogo, está claro que el componente
psicológico en la obra es fundamental y vertebra buena parte del texto,
evidenciando varias formas de entender la psiqué de un niño desde el punto de
vista de los adultos; y por último de clown, este aspecto le da al texto un
carácter irreverente y crítico, poniendo en relieve situaciones incomprensibles
llegando a absurdos difícilmente asumibles desde un punto de vista global de lo
que ocurre en la historia de Burt. La conjunción de estas tres profesiones en
el autor hace que el texto y el argumento se enriquezcan de formas
inalcanzables para escritores profesionales.
El relato es lineal, y la
narración por parte de Burt está bastante conseguida ya que se pueden
identificar expresiones propias de un niño de esa edad. Durante la lectura del
relato se esperan como agua de mayo saber el porqué y origen de la situación
que está viviendo nuestro protagonista, lo que da lugar a cábalas mentales
sobre lo que le hizo a Jessica. Por supuesto no lo voy a revelar.
Durante la lectura del relato se
aprecia cierta preocupación sobre el destino de Burt, debido a la incomprensión
de los adultos, los cuales no se dieron cuenta de la extraordinaria
sensibilidad y bondad del personaje, la cual es interpretada
incorrectamente y le conduce a una
situación que no le correspondía en absoluto. La profundidad de la novela en
este caso es absolutamente maravillosa, inspeccionando la mente de un niño
hasta descubrir sentimientos a los que difícilmente es posible acceder para un
adulto socialmente adaptado según normas establecidas por la cultura
occidental.
Este libro no se puede considerar
una lectura apta para toda clase de lectores, ya que se puede considerar como
una lectura “rara” para la que se necesita cierta apertura de mente para poder
disfrutarla en todo su esplendor, si estás entre este grupo, no lo dudes, esta
obra no te defraudará.
PD: Como siempre una magnífica
edición de la gente de BlackieBooks.
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