El héroe discreto narra la historia paralela de dos
personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de
Piura, que es extorsionado; y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios,
dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus
dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto. Ambos personajes son, a su
modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos,
pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los
acontecimientos. Mientras Ismael desafía todas las convenciones de su clase,
Felícito se aferra a unas pocas máximas para sentar cara al chantaje. No son
justicieros, pero están por encima de las mezquindades de su entorno para vivir
según sus ideales y deseos. Viejos conocidos del mundo vargasllosiano aparecen
en estas páginas: el sargento Lituma y los inconquistables, don Rigoberto, doña
Lucrecia y Fonchito, todos moviéndose ahora en un Perú muy próspero.

Una característica que quiero
destacar y que a los lectores de Vargas Llosa les gustará saber, es que este
texto tiene ciertas pinceladas de los que se llamó el realismo mágico que con
tanta fuerza surgió en la literatura latinoamericana. Este aspecto lo ofrece
cierto personaje con carisma bastante esotérico y místico, que aunque choca bastante
es perfectamente asumible dentro del argumento planteado.
El argumento me ha gustado,
resultando una historia que llama la atención y que engancha a partes iguales,
proponiendo dos líneas narrativas entre las que se establecen ciertas
conexiones que sin ser definitivas se aportan cierta frescura mutuamente, con
personajes que representan en cierta manera estereotipos de la sociedad
peruana.
La utilización de términos
propias limeños y peruanos (que se entienden a la perfección) ayuda a
contextualizar los acontecimientos y darle más realidad si cabe, sobre todo si
el lector, como es mi caso, desconoce esa forma de expresarse por cuestiones
geográficas y culturales, pero que gracias a este libro siento más cercano.
El título es de lo más sugerente
ya que siempre que oímos el término héroe, la imagen que viene a la mente es un
prototipo de Marvel, en este caso la heroicidad la encontramos mucho más
cercana, en el día a día con personas, relativamente normales, que dentro de la
jungla que llamamos sociedad consiguen abrir un claro gracias a una ética muy
fiel a sus principios.
La verdad es que Vargas Llosa es
de esos autores que aunque la historia no te guste o atraiga, tienes garantía
de que la calidad literaria va a estar presente y el disfrute narrativo es algo
que se agradece.
La recomendación en este caso es
evidente he disfrutado con la novela y como también quiero que disfrutéis
vosotros pues no tengo más remedio que sugerir, de forma firme, la lectura de
este libro. Vuestro turno.
PD: Un buen guiño la araña en el
papel estrujado de la portada. Los detalles importan.
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