Después del éxito mundial de El abuelo que saltó por la ventana y se
largó, Jonas Jonasson vuelve a deleitarnos con una novela tan desenfadada como
llena de sorpresas. Con su fecunda imaginación y su sentido del humor
surrealista e irreverente, que no deja títere con cabeza, Jonasson ha ideado
una historia trepidante que arremete contra la
hipocresía de la clase política al tiempo que ilumina la cara oculta de la
historia oficial. En esta ocasión, la improbable heroína tiene su origen en el
barrio de Soweto, el tristemente célebre gueto de Johannesburgo. Corren los
años setenta, en pleno auge del apartheid, cuando Nombeko Mayeki, condenada a
una vida de infortunio y con altas probabilidades de que ésta acabe a una edad
temprana ante la indiferencia de sus semejantes, encuentra un resquicio para
escapar de su aciago futuro. Dotada de un intelecto fuera de serie, e impulsada
por la fuerza de un destino que ejecuta las piruetas más extrañas, el azar
propulsa a Nombeko lejos de su entorno de miseria y la encarrila en un
asombroso viaje en el que se topará con personajes de toda índole y pelaje,
desde un falso especialista en física nuclear y un agente del Mossad con ánimo
de venganza, hasta un rey de Suecia con rostro humano y una joven antisistema
en permanente estado de ebullición. Así, la genial Nombeko recorrerá un
insólito itinerario, repleto de emocionantes peripecias, hasta convertirse en
una mujer clave para la supervivencia de la humanidad y, a la postre, descubrir
su lugar en el mundo en las frías tierras escandinavas, un sitio con el que
jamás se habría atrevido a soñar.

El
estilo de la obra es perfectamente identificable ya como propio de Jonas
Jonasson, pudiéndose observar a lo largo del libro pinceladas más o menos
gruesas que recuerdan sin lugar a dudas al libro anterior, en lo que refiere a
la construcción de frases, finales de capítulo, comentarios que parecen
personales u opiniones del narrador… una firma indeleble, mejor que registrar
la obra por copyright.
El
argumento de este libro es muy diferente a la obra anterior, sin embargo se
puede observar características parecidas en el desarrollo de la historia,
aspectos a destacar son: la figura de un protagonista sobre la que gira el
relato, la movilidad de los personajes, la incursión de aspectos históricos
reales, situaciones de lo más increíbles
y completado y rematado con un final apoteósico.
Me ha
gustado, sin lugar a dudas, pero reconozco que en cuanto a personaje principal
me pareció más interesante la figura del abuelo Allan Karlsson, debido a la sus
características personajes, ya que es más atrayente la figura de un abuelo de
100 años inmerso en ciertas situaciones que una chica joven de los suburbios de
Sudáfrica rodeada de personajes de los más variopinto; sin embargo Nombeko
(nombre de la protagonista) me ha parecido un personaje muy interesante que da
mucho juego. Una característica que merece la pena destacar y que establece
diferencias con su predecesor y es que Nombeko, a pesar de ciertas
casualidades, se busca su auténtico destino tomando decisiones totalmente
conscientes y decisivas, a diferencia de Allan cuyo destino estaba
completamente en manos del azar, dejándose llevar.
El
ritmo de lectura es muy atrayente y ágil, sucediéndose constantemente avances
en el relato sin tener espacio para la quietud, ocurriendo en ocasiones
acciones que dan giros al relato que condicionan tremendamente la historia. La
escena que más me ha gustado se da hacia el final del libro, una escena muy
“hogareña” en la que intervienen dos grandes mandatarios suecos, y hasta aquí
puedo leer.
En
definitiva, una lectura agradable y muy entretenida, al mismo tiempo que se
puede realizar una lectura en segundo plano en la que se pueden identificar
ciertas críticas sobre aspectos sociales muy habituales. Si te gustó el abuelo…
ofrécete una nueva dosis de Jonas Jonasson.
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